Un estudio in vitro, publicado en la revista Life Science Alliance, presenta varios descubrimientos importantes sobre las infusiones tradicionales de Artemisia annua y afra:
- Las infusiones son un posible tratamiento preventivo contra la malaria.
Las bajas concentraciones de cualquiera de las dos infusiones, al actuar sobre el parásito inyectado por el mosquito, le impiden que entre en el torrente sanguíneo donde él es el responsable de la patología.
- A. annua y Afra tienen actividad terapéutica al actuar directamente sobre los estadios sanguíneos de Plasmodium falciparum.
- Las infusiones podrían permitir que se eviten las recaídas de los ataques de malaria, característicos de Vivax y P. ovale.
Ambas interrumpen el “despertar” de los hipnozoítos, responsables de las recaídas, varios años después de una infección primaria.
Ellas son una pista de tratamiento alternativo a la Primaquina, el único tratamiento eficaz hasta la fecha, pero inutilizable para las poblaciones del sudeste asiático a pesar de estar muy afectadas.
- A. annua y afra contienen moléculas antipalúdicas, además de la artemisinina, por determinar.
El estudio muestra que los efectos antiplasmódicos de las infusiones están esencialmente relacionados con compuestos distintos de la artemisinina.
Estas observaciones abogan en favor de una investigación más exhaustiva para descubrir nuevos compuestos antipalúdicos, que se necesitan con urgencia.