Dr. Patient Kaloma: “Siempre he querido honrar la vida”.

Médico congoleño, el Dr. Patient Kaloma es también consultor en economía agraria y nutrición. Es director de la Casa de la Artemisia Petit Nord Kivu, coordinador de la Casa de la Artemisia RDC, desarrolla proyectos para promover la soberanía alimentaria y medicinal a través de las plantas medicinales. Retrato de un médico comprometido.

Docteur Patient Kaloma, Docteur Artemisia

¿Qué es la vocación? Para Patient Kaloma, convertirse en médico fue algo “natural”, una certeza interior que germinó en su corazón de niño huérfano. Primero perdió a sus padres, y luego, a los 18 años, a dos de sus hermanas. “Desde entonces, siempre he querido honrar la vida, ayudar a la gente, cuidar de ella”, dice. Mientras pronuncia estas palabras, el Dr. Patient acaba de perder brutalmente a su mujer, farmaceuta y madre de sus cuatro hijos, con la que compartía su vida, su vocación y su compromiso con el desarrollo de la Artemisia. A pesar del dolor y las dificultades, el compromiso del médico se mantiene intacto para seguir sanando en el este de la RDC a las personas más vulnerables de su país herido.

El descubrimiento de la Artemisia

Su trayectoria es extraordinaria. De joven, sin apoyo familiar, aceptó una serie de trabajos ocasionales para financiar sus estudios de medicina: motorizado, camarógrafo, maestro en una escuela de secundaria. Con una sola idea en mente: honrar la memoria de su familia, sus hermanas y sus padres. Decidió montar un centro médico-social en nombre de su familia: «El Centro Kaloma». Convirtió su casa en un hospital, y sus compañeros de la facultad venían a ayudarle con las consultas. Unos meses después, él y su mujer montaron una cafetería para asegurarse un poco de solidez financiera. El sueño empezó a hacerse realidad.

Fue en 2016, durante sus prácticas de medicina general en el hospital de Kirotche, en Kivu del Norte, cuando descubrió los estragos de la malaria, tras graduarse en 2017, fue destinado al centro de Nyamasasa en Kalehe, en Kivu del Sur. “Todos los días firmaba actas de defunción, sobre todo de niños que sufrían graves ataques de malaria. Los aldeanos pensaban que eran víctimas de la mala suerte. Empecé a trabajar en condiciones muy difíciles, sin medicinas; atravesaba rutas intransitables”.

Su destino cambió cuando descubrió la Artemisia gracias a un amigo belga que le trajo algunas semillas. El Dr. Patient empezó a cultivarlas. Víctima él mismo de graves ataques de malaria, preparaba tisanas de Artemisia para él y los niños de la comunidad.

Unos meses más tarde, descubrió en un grupo de WhatsApp a un médico llamado Jérôme Munyangi que iba a presentar las virtudes de la Artemisia en Goma. Hizo el viaje a la conferencia, compartió su experiencia con la planta, y luego lo acompañó a Kivu del Sur. Allí visitó la primera Casa de la Artemisia en Bukavu, que se había creado en colaboración con AFESDI (asociación para el empoderamiento de las mujeres rurales y la ayuda a personas en situación de extrema precariedad). Él relató su trayectoria ante los médicos, hizo su primer su primer vídeo sobre Artemisia y volvió a casa con bolsas de tisana para vender en su región.

Docteur Patient Kaloma, Dr Artemisia
Centre médico-social Kaloma

La Casa de la Artemisia en Kivu del Norte

En 2018, obligado a abandonar el centro de Kaloma, creó el centro médico-social de Santa Caterina. Se puso en contacto con Lucile Cornet Vernet en 2018. La Maison de l’Artemisia France le otorga un primer financiamiento para poner en marcha la Casa de la Artemisia en Goma. Él comenzó a crear conciencia. Al mismo tiempo, una ONG internacional, IDAy, se puso en contacto con él para que impartiera cursos de formación sobre Artemisia en varias regiones. Conoció al Dr. Nathan, en aquel momento coordinador de la Casa nacional de RDC, que estaba de visita en Goma y le nombró encargado de la Casa de la Artemisia en Kivu del Norte.

En 2020, la epidemia de COVID-19 vuelve a barajar las cartas. Desbordado por los pedidos de Artemisia, y solicitado por todas partes, construye un nuevo edificio para la sede de la Casa de la Artemisia en Kivu del Norte, con el apoyo de la CdA Francia. Ayuda a varias asociaciones locales y, con su amiga belga Elena, creó la asociación SESAM (Sembrando las semillas de la soberanía alimentaria y la medicina). Su objetivo es mejorar las condiciones de vida de la población local en términos sanitarios, sociales, medioambientales y financieros. SESAM apoya una red de asociaciones y cooperativas para compartir la conservación y el conocimiento de las semillas, al tiempo que apoya la creación y el mantenimiento de viveros medicinales y huertos comunitarios. Su objetivo es capacitar a la población local en materia de salud natural y comunitaria. La asociación SESAM acoge a la Casa de la Artemisia Petit Nord Kivu, que desarrolla actividades comunitarias de promoción de la salud utilizando la Artemisia en el este de la RDC.

Pero unos meses después, justo cuando se estaban plantando los primeros campos de cultivos, una erupción volcánica se tragó toda la producción. La población huyó de la ciudad de Goma para refugiarse en campos de desplazados, y algunos miembros de la red perdieron sus casas. Frente a la emergencia, la CdA Francia prestó su apoyo, suministrando kits de supervivencia para los damnificados y ayudándoles a replantar un nuevo campo.

Al mismo tiempo, el Dr. Patient abrió una farmacia con su mujer y empezó a sensibilizar a los scouts. Otras provincias le pidieron que impartiese cursos de formación o participase en talleres y seminarios sobre Artemisia. Conocido en toda la región como el Doctor Artemisia, ha salvado cientos de vidas, tratado a miles de personas contra la malaria y difundido el conocimiento de la planta entre la población local, las asociaciones y los organismos gubernamentales. Pero una nueva prueba ha vuelto a trastocar sus proyectos: la guerra.

Los miembros de la red abandonaron sus pueblos, algunos murieron, otros sobrevivieron en campos de desplazados. La Casa de la Artemisia y la sede de SESAM se transformaron en un centro de acogida para desplazados. El doctor Patient y su esposa ya no podían dormir, traumatizados por la violencia, sus campos fueron ocupados por los rebeldes. Crearon una asociación de ahorro y crédito en el pueblo para que los campesinos pudiesen vender un poco de Artemisia e invertir para crear actividades generadoras de ingresos.

La vida es como una artemisia

A pesar de las dificultades personales, la violencia y la guerra, el Dr. Patient sigue incansablemente su lucha para sembrar semillas a su paso.

«La vida es como la Artemisia: incluso después de la tormenta, deja su huella y renace con fuerza», escribe en su perfil de Facebook. Ahora cría solo a sus hijos y trabaja en la construcción y equipamiento de un taller de transformación de Artemisia a 2 km de la ciudad de Goma. Su objetivo es diversificar la producción, producir no sólo tisanas sino también jabones, ungüentos y biopesticidas. El Dr. Patient aspira a crear puestos de trabajo para decenas de cultivadores de Artemisia de la región, formación en el cultivo y procesamiento de la planta para los agricultores, sirviendo de promotor gubernamental fomentando así la promoción de los productos locales. «Artemisia ha cambiado mi vida. Ha tenido un gran impacto en mi familia, en mí y en Kivu del Norte. Todo el mundo conoce esta planta y la utiliza», concluye.

En la actualidad, también siembra plantas medicinales y Artemisia en las tumbas de su comunidad, para que cada doliente se vaya a casa con un ramo de vida en la mano. Eso es lo que llamamos servir a algo más grande que uno mismo.

Maison de l'Artemisia-RDC-Petit nord Kivu
Maison de l'Artemisia, RDC, petit nord Kivu