La Casa de la Artemisia en Kivu del Norte
En 2018, obligado a abandonar el centro de Kaloma, creó el centro médico-social de Santa Caterina. Se puso en contacto con Lucile Cornet Vernet en 2018. La Maison de l’Artemisia France le otorga un primer financiamiento para poner en marcha la Casa de la Artemisia en Goma. Él comenzó a crear conciencia. Al mismo tiempo, una ONG internacional, IDAy, se puso en contacto con él para que impartiera cursos de formación sobre Artemisia en varias regiones. Conoció al Dr. Nathan, en aquel momento coordinador de la Casa nacional de RDC, que estaba de visita en Goma y le nombró encargado de la Casa de la Artemisia en Kivu del Norte.
En 2020, la epidemia de COVID-19 vuelve a barajar las cartas. Desbordado por los pedidos de Artemisia, y solicitado por todas partes, construye un nuevo edificio para la sede de la Casa de la Artemisia en Kivu del Norte, con el apoyo de la CdA Francia. Ayuda a varias asociaciones locales y, con su amiga belga Elena, creó la asociación SESAM (Sembrando las semillas de la soberanía alimentaria y la medicina). Su objetivo es mejorar las condiciones de vida de la población local en términos sanitarios, sociales, medioambientales y financieros. SESAM apoya una red de asociaciones y cooperativas para compartir la conservación y el conocimiento de las semillas, al tiempo que apoya la creación y el mantenimiento de viveros medicinales y huertos comunitarios. Su objetivo es capacitar a la población local en materia de salud natural y comunitaria. La asociación SESAM acoge a la Casa de la Artemisia Petit Nord Kivu, que desarrolla actividades comunitarias de promoción de la salud utilizando la Artemisia en el este de la RDC.
Pero unos meses después, justo cuando se estaban plantando los primeros campos de cultivos, una erupción volcánica se tragó toda la producción. La población huyó de la ciudad de Goma para refugiarse en campos de desplazados, y algunos miembros de la red perdieron sus casas. Frente a la emergencia, la CdA Francia prestó su apoyo, suministrando kits de supervivencia para los damnificados y ayudándoles a replantar un nuevo campo.
Al mismo tiempo, el Dr. Patient abrió una farmacia con su mujer y empezó a sensibilizar a los scouts. Otras provincias le pidieron que impartiese cursos de formación o participase en talleres y seminarios sobre Artemisia. Conocido en toda la región como el Doctor Artemisia, ha salvado cientos de vidas, tratado a miles de personas contra la malaria y difundido el conocimiento de la planta entre la población local, las asociaciones y los organismos gubernamentales. Pero una nueva prueba ha vuelto a trastocar sus proyectos: la guerra.
Los miembros de la red abandonaron sus pueblos, algunos murieron, otros sobrevivieron en campos de desplazados. La Casa de la Artemisia y la sede de SESAM se transformaron en un centro de acogida para desplazados. El doctor Patient y su esposa ya no podían dormir, traumatizados por la violencia, sus campos fueron ocupados por los rebeldes. Crearon una asociación de ahorro y crédito en el pueblo para que los campesinos pudiesen vender un poco de Artemisia e invertir para crear actividades generadoras de ingresos.